Barcelona es una gran ciudad y como tal, atrae capital. Esto no cambiará, Barcelona no necesita protegerse. Más bien esperamos que se racionalice el consumo, que permita reactivar factores ociosos, es decir, aquellos recursos no utilizados total o parcialmente, (p. ej. paradas vacías de mercados) y financiar circuitos económicos que generalmente tienen poca financiación, para aumentar de este modo la riqueza del comercio y de la ciudad.