• Un plan piloto permitirá pagar el 25% de la renta municipal de inclusión con esta moneda social, que se llamará “rec”
  • El objetivo es dinamizar la actividad comercial en los 10 barrios de la zona y beneficiar a los comercios de proximidad
En tiempos en los que, cada vez más, los pagos son con el móvil, una moneda digital está llamada a recuperar una cercanía perdida en la mayoría de barrios de Barcelona. Se trata de fomentar que los vecinos elijan la tienda de la esquina, la panadería tradicional, el quiosco de toda la vida. Es una lucha desigual con el comercio electrónico y las grandes superficies, pero sus impulsores aseguran que solo aporta ventajas, tanto para compradores como vendedores. Los primeros en comprobarlo serán 10 barrios del Eix Besòs a partir del mes que viene.
Concretamente 1.000 familias. Son los beneficiarios de la renta municipal de inclusión, un subsidio que reciben los vecinos más desfavorecidos de la Zona Nord (Ciutat Meridiana, Vallbona, Torre Baró), Roquetes y Trinitat Nova, en Nou Barris; Trinitat Vella, Baró de Viver y Bon Pastor, en el distrito de Sant Andreu; y Verneda-La Pau y Besòs-Maresme, en Sant Martí. Forman parte de un proyecto europeo de innovación urbana y social llamado B-Mincome.
4.000 proyectos en 35 países
Esta iniciativa, que eligió 17 ciudades -entre ellas Barcelona, Viladecans, Bilbao y Madrid-, incorporaba el impulso de una moneda social que, según ha explicado Martí Olivella, coordinador de la asociación de innovación social Novact, gestora de la herramienta de pago, “no es del ayuntamiento sino que es una moneda social, gobernada por la propia ciudadanía”. “No estamos descubriendo la rueda: hay 4.000 ciudades de 35 países que impulsan proyectos de este tipo”, ha añadido el comisionado de Economia Social, Desenvolupament Local i Consum, Álvaro Porro.
Han trabajado durante meses. Tanto en la tecnología, basada en el blockchain, como en tejer las complicidades suficientes en estos barrios para garantizarse el éxito. Tampoco se marcan retos inalcanzables. De momento, es un plan piloto que arrancará a finales de mayo y se prolongará hasta octubre del año que viene. Se pagará el 25% del importe de esa renta de inclusión con esta moneda, que ya ha sido bautizada como rec, iniciales de Recurs Econòmic Ciutadà.
Complementario y paritario al euro
Poniendo en circulación inicialmente un millón y medio de estas monedas, que son complementarias y paritarias con el euro, consideran que generarán suficiente masa crítica. Esto no significa que cualquiera que decida usarla pueda hacerlo libremente. Cuanto mayor uso, más negocios se sumarán y esto repercutirá en el crecimiento económico del barrio.
Porque al fin y al cabo, este es un proyecto social, se han encargado de subrayar ambos. La rec solamente se usará en los comercios del Eix Besòs que se sumen a la iniciativa, así que se promoverán específicamente las compras en esas tiendas, muchas de ellas dispensadoras de bienes de primera necesidad. Las 1.000 familias beneficiarias de la renta de inclusión podrán adquirir allí esos productos, esos negocios crecerán, podrán contratar si cabe más personas, ampliarse y prosperar.
Compras desplazándose
La desertización de los barrios viene provocada en muchas ocasiones por la pérdida de tejido comercial. La falta de clientes cierra persianas y los usuarios potenciales, cuando merma la oferta, acaba comprando fuera del barrio, desplazándose físicamente o por medios electrónicos. El huevo o la gallina, no se sabe qué sucede antes. Lo que sí está comprobado es que si se incentivan las transacciones, en este caso con la moneda social, se revitalizan las ventas.
Las ocho asociaciones de comerciantes de este sector de la ciudad están informadas. El presidente de la Associació de Comerciants de Trinitat Vella, Josep Jordà, ha avalado la idea con entusiasmo en la presentación llevada a cabo este jueves en la Casa de l’Aigua. “Creemos que es una buena oportunidad para incorporar al público joven, para quien el móvil es fundamental. Se podrá volver a ir a comprar sin dinero, como antaño, cuando hacías que la tienda te apuntara la compra”, ha recordado.
Aplicación móvil o tarjeta
La moneda local del Eix Besòs se utilizará a través de una aplicación móvil (que se activará en mayo), que se descargarán comerciantes y clientes. Para los menos tecnológicos habrá también la posibilidad de pagar con una tarjeta que incorpora un código QR, que el dependiente escaneará con su teléfono (no será necesario contar con una terminal). Es una tarjeta de plástico con el nombre del beneficiario.
Otro de los beneficios de usar la rec es que los establecimientos podrán aplicar descuentos, promociones de fidelización u otras ventajas. “Cuando a mí me paguen con este sistema, yo iré a comprar el pan o tomarme al café a otro negocio que los acepte igualmente y así crecerá el barrio”, ha ejemplificado Jordà.
Nido de movilizaciones
La representante de la asociación de vecinos de Vallbona, Zaida Palet, se ha expresado en unos términos similares. “Hay que tratar de crear nuevas oportunidades a los comercios porque, años atrás, estos, junto con las asociaciones vecinales y las de padres y madres eran los lugares en los que se cocían los movimientos sociales y ahora eso se va perdiendo”, ha analizado.
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